El sector inmobiliario en España siempre ha estado y está de moda. En los años del “resurgir” de nuestro país, fue –sin duda- junto al turismo, la referencia estrella y el héroe de una España expansiva y moderna.
Sin embargo, la euforia quizás fue desmedida, y el apetito inversor o las reglas de la oferta y demanda, y el claro sentimiento nacional de necesidad en el concepto de propiedad inmobiliaria, lo posicionaron como uno de los principales culpables de la gran crisis, de haber construido una burbuja en los precios, y de ser la primera fuente creadora de paro y desempleo.
Y, comenzadas las primeras semanas del 2018, quizás el título que más se podría identificar con su situación actual es el de: reconciliador. La propia ley del péndulo provocó importantísimos desajustes en ambos sentidos, con derivadas muy significativas. Beneficios exponenciales y quebrantos desmesurados en las dos crestas opuestas de su evolución, creando un desasosiego y desorientación muy relevantes.
La paulatina salida de la crisis se ha ido manifestando con gestas de cifras positivas, cuestionadas en su calidad en algunos de sus parámetros, pero muy reales y sólidos en otros, hasta llegar a cifras de la prima de riesgo en España inferiores a 100; records de turistas; buen ritmo de expansión y beneficios empresariales; y, como no, una constante mejoría en el sector inmobiliario.
Veamos sus matices más característicos.
El pasado 2017 ya se consagró como un buen año. Una demanda creciente, un protagonismo del alquiler, y una oferta controlada, derivaron en una cierta espiral en el alza de los precios, algunos todavía excesivamente deteriorados. Esto ha propiciado una evidente reducción en el stock, y la aparición nuevamente de producción en la actividad de obra nueva.
De esta forma, durante el ejercicio 17 crecieron en cifras y calidad los contratos de compraventa hasta niveles cercanos al 2008, y las ventas de vivienda nueva se empezaron a consolidar con tasas positivas anuales del orden del +5%.
En concreto se han publicado recuperaciones de más de 1.500€/m2, aunque la selección de oportunidades puede que haya sido uno de los principales actores, perfectamente acompañados “con muy buen tiempo”, es decir, con bajos tipos de interés y un despertar en el ritmo de concesión de hipotecas.
De esta forma, y en el horizonte 2018, el factor desestabilizador que se podría destacar en estos momentos es el del conflicto en Cataluña, caso de no poder conseguir un cierto “proces” hacia la normalización, es decir, hacia la posibilidad de convivencia de las dos ideologías o sentimientos contrarios del pueblo catalán.
En 2017 las cifras de operaciones se acercó a las 500.000 compraventas, reflejando máximos el 2007 con 775.000 con 1,2 millones de hipotecas, frente a las 320.000 de 2017-según FOTOCASA-.
Las impresiones sobre el sesgo de la demanda de 2018, contienen algunas peculiares tendencias. Por ejemplo, es bastante habitual la demanda de inmuebles, pero no para uso particular o familiar, sino para alquilarlo. Mejorar la casa propia, rehabilitándola o comprando una nueva parece que también tiene actualidad en los hábitos, junto a la constante dificultad de los jóvenes en la compra de vivienda.
Otros índices referenciales los tenemos en la obra nueva que, por ejemplo, de ene a sept 17 se produjeron 31.920 unidades, un 10,4% más que el año anterior; o el fuerte incremento de viviendas visadas, iniciadas y terminadas de enero a agosto con una subida del 26% y 53.977 iniciativas. Algunos pronósticos para todo el 2018 sitúan esa cifra en más de 140.000.
En cuanto a pronósticos en la variación de precios en 2018, los analistas especializados con criterios cercanos, cifran la subida entre el 4,5 y el 4,8%, habiendo casas que apuestan por márgenes superiores, entre el 6 y el 8 %.
Respecto a las viviendas de segunda mano, durante 2017 también se confirmaron alzas en sus precios, aunque a un ritmo medio inferior. No obstante, si pudiéramos visualizar la curva de operaciones, veríamos picos muy altos y otros sensiblemente inferiores en ambos extremos. Las viviendas en zonas prime, zonas residenciales de gran demanda, o las de mejor nivel de “envejecimiento” están batiendo precios, frente a las que por la necesidad de una venta rápida, estar en peor estado, o en barrios que han bajado en su prestigio o versatilidad, se concentran los ascensos de precios más discretos.
En resumen, el buen tono “reconciliador” del sector inmobiliario se mantiene durante el 2018, apoyado en la recuperación del consumo, bajos tipos de interés y mayores concesiones de hipotecas; un clima y ansias de consolidación de la salida de la crisis económica; auge del alquiler; y una mayor confianza en el futuro.
Cierto que a pesar de unos salarios que no reflejan los niveles por todos deseados. Pero amigos, tengamos en cuenta dos cosas:
*venimos de una cueva y unos peligros que, de persistir, sus derivadas hubieran propiciado males aún superiores a los enormes que se han sufrido.
*salarios bajos, no necesariamente significan un entorno depresivo o de injusticias. También tienen la lectura de ser un determinado nivel de esperanza y oportunidades para afianzar metas y esfuerzos para avanzar, tanto como persona como por su colaboración al progreso como país. Estar disconforme, o no ser la situación ideal, puede convertirse en motor, no en piedras en el camino.
*una consolidación de “yes, we can”, o de “juntos se puede”, son consignas de gran valor que deberán ir teniendo mayor protagonismo, alejando sentimientos de inferioridad de que determinados temas no tienen solución, o que no existe capacidad para alcanzar buena nota.
Éstas son apreciaciones reales y basadas en miles de rostros que así lo están testimoniando con sus esfuerzos y sanas ambiciones. Son datos que se están manifestando en 2018. Esperemos que temas de gran peligro a nivel nacional, con derivadas inciertas, como las graves iniciativas de una parte de Cataluña, pueda seguir teniendo ese sentimiento patrio de unidad en los temas esenciales. Y el inmobiliario también nos interesa a todos, y su sensibilidad en cuanto a sus pronósticos, de alta volatilidad a los acontecimientos principales del país.