De repente la inflación ha impactado en el interruptor de la luz de alarma. Afectando a lo que los responsables familiares tenían previsto para el consumo alimentario, y a los distintos recibos de los servicios básicos para el hogar. Por el mismo dinero compramos menos comida, y si mantenemos los hábitos de uso de los electrodomésticos las cifras de las cuotas mensuales se han disparado al alza. Pero también, y de forma sustancial, la incidencia en el mundo de las inversiones y asesoramientos este ratio tiene un elevado protagonismo. Y la primera reflexión nos lleva al mínimo común denominador de los objetivos: no perder valor adquisitivo en las inversiones. Una inflación en la banda del 10% es irreconciliable con una planificación financiero fiscal de una cartera de inversiones, especialmente en época de caída de los PIB, y beneficios empresariales. Todo un reto para los gestores de los Fondos de Inversión y otras alternativas de inversión para lograr atractivas alternativas. No obstante, existe una motivación, dramática, pero que a su vez responde mayoritariamente a esta situación. La guerra, o mejor dicho, la invasión de Rusia a Ucrania. Esta circunstancia nos recuerda que se trata de una inflación por déficit de oferta, y no por exceso de demanda. Un matiz igual o aún más pernicioso, pero que nos puede aportar la esperanza de una menor duración en el tiempo. J. Almasqué, Pte FIF -Agente Bankinter-
Y, por supuesto que existen otras muchas derivadas implicadas. La política de tipos de interés, los salarios y los impuestos, entre los más destacados. Pero es evidente (al igual que en la peor época de la pandemia) que la duración del clima bélico y los distintos caminos e intensidades por donde se puede seguir desarrollando, alteran y condicionan cualquier pronóstico sensato. Es imperativo mantener en toda su importancia un horizonte de respuestas y acuerdos que logren marcar, o intuir, una fecha de un cambio de sentido en la magnitud de los peligros.
De momento siguen siendo de actualidad las recomendaciones reiteradas de precaución o menor posicionamiento de Renta Variable (habrá tiempo de entrar con magníficas expectativas), y seguimiento o posicionamiento en Fondos de prestigio en sectores o temas de mayor actualidad como infraestructuras, petróleo, materias primas, salud, entre los más destacados.
Pero también hoy tenemos una reflexión a compartir. La versatilidad y colaboración que nos están dando los dividendos. Sabemos que muchas empresas cotizadas han sufrido significativos retrocesos transitorios (o no) en sus cotizaciones, por causa de esta crisis bélica. Por ello, llamamos la atención a las distintas fórmulas que podemos aplicar en los seguimientos de las carteras para dotarles de ingresos recurrentes que fortalecen las rentabilidades medias esperadas.
En FIF estamos analizando en profundidad cuales son los Fondos más atractivos del mercado -que los hay- para potenciar, personalizar, y adecuar con las distintas estrategias de las carteras y perfiles de los titulares. Hoy comenzamos por recordarles algunos datos de interés:
En un intento de averiguar cuál es la principal preocupación del inversor corriente, elEconomista ha llevado a cabo una encuesta a los gabinetes de comunicación de las siete empresas españolas del Ibex más grandes en número de accionistas, todas ellas con más de 100.000 inversores entre sus filas. Estas son Banco Santander, Telefónica, BBVA, CaixaBank, Iberdrola, Repsol y Mapfre. Tan solo ellas reúnen en conjunto a cerca de 8,3 millones de inversores.
El resultado: la información sobre el dividendo es la más buscada y, por tanto, la que más preocupa al accionariado de estas empresas. Un dividendo que, en épocas como la actual, se convierte en el refugio ante la elevada inflación.
Batir a la inflación se ha convertido en un listón cada vez más exigente y difícil de superar. Ver más allá de un IPC en máximos de cuatro décadas hace casi imposible encontrar un activo que permita al inversor no perder poder adquisitivo en lo que se prolongue este escenario, que (aunque era provisional) va para largo. La previsión para España es que la media de 2022 se sitúe en el 7.5% -cerró marzo en casi el 10%-; y en la Unión Europea el mercado descuenta niveles de IPC en el 5,1% para diciembre de este año.
Al margen de los atractivos dividendos del Santander, BBVA, Telefónica, o Iberduero, la empresa una de las más interesantes es Mapfre. En 2021 pagó un dividendo de 0,1463 euros brutos y se espera que llegue a 0,15 este año. Con ello, a cargo de 2021, se convierte en la firma con mayor rentabilidad de retribución al accionista del Ibex. Por su parte, BBVA ofreció 0,31 euros brutos de dividendo en 2021 más 3.500 millones de euros de recompra de acciones. Veamos el siguiente cuadro, donde se aportan datos de otros dividendos a tener en cuenta:
ELECONOMISTA BANKINTER FLASH MERCADOS
Hoy martes empieza realmente la semana para el mercado, con todo abierto. Por el
lado macro, el FMI publicará por la mañana la actualización del WEO (World
Economic Outlook), probablemente revisando a la baja el crecimiento, y por
la tarde cifras inmobiliarias americanas de marzo (Viviendas Iniciadas y
Permisos de Construcción), que se espera pierdan impulso.
El foco seguirá estando en los resultados americanos (hoy publican 13
compañías del S&P500) y en especial el tono que transmitan al mercado para
siguientes trimestres. Hoy conoceremos cifras de uno de los gigantes del
Consumo: J&J (BPA esp: 2,597$; 12:45h) y otro del sector Tecnológico:
Netflix (BPA esp: 2,906$; 22h). En conjunto, en la temporada de resultados
1T´22 del S&P500 se espera un BPA de +5,8% (a/a), que por el momento se
está cumpliendo (aunque apenas han publicado 39 compañías).
Para hoy esperamos una sesión en la que (al igual que ayer) el mercado no
termine de lograr solidez en los rebotes. Los futuros vienen mixtos (recortes
en Europa, pero al alza en EE.UU.), pero será el tono de los resultados
americanos los que realmente decidan el desenlace final de la sesión.
Ayer: “Europa cerrada y Wall St. prácticamente plano.”
La jornada de ayer estuvo marcada por el cierre de la práctica totalidad de las
plazas de Europa y, por tanto, tuvimos solo la referencia de EE.UU. En
ausencia de macro relevante (únicamente conocimos la revisión a la baja de
la estimación de crecimiento mundial por parte del Banco Mundial: +3,2% vs
+4,1% ant.) y de noticias del frente bélico, todas las miradas estuvieron en
los resultados empresariales que se centraron en el sector financiero. Las
cifras fueron mixtas: BoA batió expectativas (rebotó +3,4%), BNY Mellon
estuvo en línea (cayó -2,3%) y Charles Schwab decepcionó (-9,4%). Con todo
esto, Wall Street empezó con mucha indefinición y terminó cerrando plano
(S&P500 -0,02%) pese al empuje de sectores como Energía (+1,5%) y
Financieras (+0,6%).
La renta fija, que también permaneció cerrada en Europa, vivió en EE.UU. una
nueva sesión de subida de TIR: el T-Note cerró en +2,852% mientras la curva
2A-10A de EE.UU. continuó ampliando su diferencial hasta +41,1pb (vs
+37,3pb ayer). Del resto de referencias que cotizaron ayer, destacar el
petróleo, que continuó subiendo (Brent: +1,31%).
ENTORNO ECONÓMICO. –
EE.UU./Fed (04:00h).- Bullard (Fed de St. Louis) ha insistido en una comparecencia en la necesidad de que la Fed suba sus tipos de referencia rápidamente y hasta el 3,5% antes de terminar el año. Considera que este es el nivel de tipos neutrales, necesario para controlar la inflación y que no afectará al crecimiento económico americano. Espera que, por ejemplo, la Tasa de Paro caiga por debajo del 3% durante este año (nivel de desempleo estructural). También considera necesario reducir el balance de la Fed, pero no inmediatamente y solo si la inflación supera las expectativas actuales del banco central. OPINIÓN: declaraciones que no aportan novedad al mercado pero importantes porque Bullard (miembro más hawkish de la Fed) insiste en las subidas más agresivas de tipos y cada vez más miembros se unen a su visión de retirada agresiva. Lo positivo de las declaraciones es que no espera que el crecimiento económico americano desacelere dramáticamente. Factor que el mercado asume con optimismo porque aleja el riesgo de la estanflación (inflación elevada sin crecimiento económico).