A las puertas del inicio del segundo trimestre de 2024, nos parece oportuno destacar como persistente el buen tono de los mercados, los buenos resultados empresariales, la noticia no tan buena de la evolución de la inflación en USA que fue interpretada «como no tan mala», y la anunciada información del posible itinerario de las rebajas de tipos de interés después del verano. Y todo ello con conocimiento de los imprevistos conocidos, cuyas variadas derivadas son tratadas por «el mercado» con resultados previstos o simplemente crónicos. Nosotros sí creemos que habrá imprevistos con resultados no previstos, aunque siempre con márgenes de decisiones inversoras interesantes en el medio y largo plazo. Es decir, existe un mejor clima para la prudencia y sus satisfacciones.
En este escenario, vamos a reflejar los aspectos relevantes y las consideraciones más significativas a contemplar como prioritarias para los ahorradores e inversores. Por ello, una de las primeras observaciones nos la describe el gráfico adjunto. En él vemos la evolución de la población respecto a los mayores de 60 años. Sin duda, era un ratio lógico para describir el inicio de los mayores o ancianos, quienes hoy ya se consideran como la parte alta de la juventud. Aspecto que, si consideramos que cinco años después ya podrían estar como jubilados de buena salud, -colectivo normalmente de mayor capacidad patrimonial-, la incidencia en el futuro próximo obviamente será grande.
En el horizonte que avanza hacia el año 2030, se divisa un cambio demográfico de gran relevancia: Se proyecta que una de cada seis personas superará los 60 años de edad. Este proceso de envejecimiento de la población plantea diversos desafíos en la sociedad, la salud, la economía…
Y, sin duda, el protagonista estelar para las inversiones siguen siendo los tipos de interés. O lo que es lo mismo, el control de una inflación a niveles acordes a lo deseado. En este sentido, la senda iniciada lleva una trayectoria favorable, pero con ciertas advertencias y sin haber llegado a lo deseado. Pero las últimas noticias -ver cuadro adjunto del BCE- ha sido mantener tipos, pero añadiendo ciertos comentarios a la posibilidad de que subirá la confianza para rebajar tipos en el verano.
Inclusive algunas fuentes hablan de un -0.50%, pudiendo llegar hasta el -1% a finales de año. Sin duda, si esto ocurriera, el entorno de confianza general habría demostrado una buena inyección de confianza. Y muchos de los productos de inversión en vigor -tanto de opciones de renta variable como fija- también. Otro dato alternativo ha sido que el propio Banco de España ha subido el crecimiento del PIB en España para el próximo año.
Respecto a los imprevistos-previstos, podríamos seguir mencionando a las dos guerras y conflictos varios. Están siendo considerados como crónicos, es decir, que no mejorarán ni empeorarán, desde el punto de vista de las previsiones. Pero eso no quiere decir que no estén latentes las buenas o las malas previsiones que tarde o temprano ocurrirán. Por otro lado, seguimos pendientes de las campañas presidenciales en USA, manteniendo la población mundial su incertidumbre de que en el país más poderoso del planeta, los candidatos a Presidente sean de +70 años y +80 años.
En el escenario doméstico, las noticias relacionadas con temas de corrupción han irrumpido como «imprevistos» que siguen ganando dimensión. En paralelo, las consecuencias «previstas» por determinados núcleos de analistas advierten que alcanzaran una envergadura multidireccional. La incertidumbre de la aprobación de los presupuestos nacionales, y el anuncio de elecciones anticipadas en Cataluña impactan en la fragilidad de los equilibrios y acuerdos del Gobierno con el conjunto de las distintas ideologías y objetivos de los partidos políticos que le apoyan.
Pero en esos temas tan golosos o desesperantes no podemos entrar. Aunque tengamos que convivir con ellos. Seguimos, a vuestro lado.