Vale la pena poner en valor la evolución de nuestro PIB durante 2015/2016/2017, ya que se han alcanzado cotas muy superiores a las medias de los países europeos, y denotan una progresiva actividad de nuestra economía -intentando desperezarse de la gran crisis-, y con el consumo, las exportaciones y el turismo como los más sólidos pilares. Si, además, observamos su evolución trimestral, constatamos un equilibrio sostenido en el crecimiento, entre los 0.7 y los 0.9%.
Destaca el estirón del consumo de los hogares (del 2,4%) y la inversión en bienes de equipo (del 6,1%), que es un indicador de la confianza en la actividad futura de las empresas. Las exportaciones se incrementaron el año pasado un 5% y las importaciones, un 4,7%.
En cuanto al empleo, el número de puestos de trabajo equivalente a tiempo completo se ha incrementado un 2,8% en el conjunto del año, mientras que la remuneración a tiempo completo se ha incrementado un 3,3% En términos interanuales, el empleo ha presentado una tasa del 2,9%, similar a la del trimestre precedente. Esta evolución supone un incremento neto de unos 506.000 empleos equivalentes a tiempo completo en un año.
La confianza de los consumidores y empresarios en la economía de la eurozona cayó 0,8 puntos hasta los 114,1 en febrero, mientras que en España se redujo en 0,7 puntos en el segundo mes del año y llegó hasta los 110,2, informó hoy la Comisión Europea (CE).
Iniciamos Marzo con la persistente incertidumbre en Cataluña, esperando que los próximos datos de beneficios empresariales de potentes referencias mantengan el sesgo positivo, y las ya famosas expectativas de inflación USA y nuevas citas informativas de la FED sobre los ritmos de incremento de los tipos de interés no nos hagan romper un cierto ritmo de sosiego que impida que despierte nuevamente la «bestia de una feroz volatilidad».
Mientras tanto, a esperar las elecciones en Italia, y a que los primeros brindis de la eficiencia de los acuerdos en Alemania sean rotundamente ciertos.