El pulso a los mercados, la tendencia de las Bolsas, el feeling de confianza de los inversores, las previsiones de recimiento más fundamentadas, las expectativas de los ratios macro del país, los proyectos empresariales, los índices previstos de consumo, las cifras de la evolución del turismo, las balanzas comerciales, y hasta la propia estabilidad social, son conceptos que de una u otra forma están muy dependientes del 21 diciembre.
Ésta circunstancia se da sólo en situaciones realmente atípicas y de matices prácticamente nulos de racionalidad, bajos índices de probabilidad, de la potencia de sus peligros y derivadas negativas latentes, o de su propia incoherencia de viabilidad. Y todas estas referencias podrían estar implicadas en esa próxima fecha.
Este tablero nos obliga, incluso, a tener que variar nuestro habitual comportamiento de no hablar de política al realizar cualquier análisis del sector financiero, de las previsiones de evolución de las inversiones, o de la marcha de la economía del país. Pero la consistencia del deber de vigilancia de todo aquello que pudiera alterar de forma considerable la tranquilidad de nuestros ahorros, la idoneidad de la diversificación de nuestras carteras de inversiones de cara al futuro próximo, y la necesidad de contemplar la totalidad de circunstancias (o la mayoría, ya que muchos otras tienen indefectiblemente el carácter de imprevisto) que pudieran cambiar de forma radical el núcleo de estabilidad, nos impulsa a tener que realizar unas inevitables consideraciones.
Evidentemente que hablamos del problema de Cataluña. Pero intentaremos no entrar en muchas y polémicas reflexiones, de las que se han vertido ríos de tinta, imágenes y telediarios.
Y lo primero que creemos importante resaltar es que lo estamos viviendo con una España muy recuperada respecto a la gran crisis económica, con una imagen internacional de mayor credibilidad, y una estructura empresarial con positivas evoluciones medias en sus cuentas de resultados. La “botella no sólo medio llena, sino que con tendencia de seguir llenándose” a ritmos superiores a cualquier país Europeo. Favorable PIB, decreciente paro, records de turistas,
máximos de exportación, mayor control del déficit, y buenos ritmos empresariales nos dibujan un clima ilusionante, pero, a su vez, de mayores peligros si se fracturan los ejes y motores de sus propios fundamentos.
Las recientes 10 sesiones negativas consecutivas del IBEX35 de la Bolsa Española, junto a la huida de más de 2000 empresas fuera de territorio catalán en cuanto a domicilio empresarial y, muchas, también el fiscal, denotan preocupación y evidencia que el sector empresarial catalán, en lo que respecta a una gran parte de su tejido relevante de medias y grandes empresas, no avalan “el procés independentista”. Sin duda, ésta circunstancia, junto a la unanimidad de respuesta de apoyo al Gobierno de España de los máximos representantes de la Unión Europea, han torpedeado de forma mortal la esencia del discurso de los dirigentes de ese movimiento, perfectamente integrado en el Gobierno de la Generalidad.
Pero a pesar que dichas falacias han sido desenmascaradas de forma evidente y reiterada, que han acentuado en gran medida la pérdida de credibilidad internacional y “entre los suyos” de esos personajes con altas responsabilidades políticas, al difundir de forma constante, autoritaria y prepotente unos titulares triunfantes que enarbolaban con seguridad que una Cataluña independiente sería plenamente acogida por Europa, y que la unidad de los empresarios catalanes con los independentistas era una sólida realidad, la verdad es que –después de muchos años de unas campañas difusión multidireccional de sentimientos de alejamiento al sentido patrio de España- dos importantes partes de la sociedad catalana está evidentemente fracturada y enfrentada. Indudablemente es el foco de mayor preocupación.
Por último, la aplicación de lo estipulado en el artículo 155 de la Constitución Española, también ha propiciado unas sorprendentes reacciones del Gobierno de la Generalidad, destacando el refugio fuera de la península ibérica de su propio President y adlateres. Por su parte, el poder judicial ha empezado a evidenciar su presencia al dictar prisión condicional a destacados miembros del resto del Gobierno y Parlamento catalán.
En las fechas en que emitimos éste informe, impactan las noticias de la defensa de muchos de dichos componentes, en el sentido de manifestar que solo se trataba de un movimiento “simbólico” y que prometían en el futuro irse de la política o mantenerse siempre dentro de la legalidad.
Pero lo que realmente queremos analizar en este informe, después del inevitable flash del marco político/social/económico por el que atraviesa nuestro país, son las posibles consecuencias de los resultados del 21D, y la valoración que nos merece al día de hoy las modalidades que aglutinan más argumentos, dejando constancia de la necesidad de mantener una “información al día” por las novedades y alta volatilidad que seguro aparecerán con bastante asiduidad.
FIF entiende que “saldrá CARA”. Quiere esto decir que, mientras no se deslicen las campañas de movilización de masas por parte de los antisistema hacia cualquier tipo de violencia, mientras Europa se mantenga unida al Gobierno de España, mientras que la mayoría silenciada de catalanes españolistas sigan dando muestras de ser un porcentaje mayoritario de la población catalana, y mientras no se pierda de forma radical los ciertos sentimientos de convivencia entre los propios ciudadanos catalanes y –poco a poco- la diversidad de ideas, opiniones e ideologías puedan ir siendo posibles, la esperanza de que ésta explosión del nacionalismo separatista vaya dirigiéndose hacia cauces de legalidad y disciplina no es una quimera, y la normalidad puede ir recuperándose de forma paulatina.
La “otra” fórmula de valoración del tema es el de hacerlo por “reducción al absurdo”. Quiere esto decir que si sale “CRUZ” –entendiendo por ello la posibilidad de un nuevo Gobierno que mantenga un sesgo de Independentismo radical- la propia dimensión de los quebrantos, perjuicios para Cataluña y España, inestabilidades y desequilibrios, son de tal magnitud que solo quienes apuesten por el caos podrían ser los triunfadores. Cerca de 15,000 millones de €, cerca de un 0.6/0.8 puntos menos del PIB Español, en torno a un -45% del PIB catalán fuera de sus tierras, disminución en las ventas de los productos catalanes, y una imposible vinculación a Europa, son algunos de los traumas que se pondrían sobre la mesa, con la consecuente derivada en los mercados bursátiles. Por tanto, ese es un ejercicio que consideramos inevitable para dimensionar lo que está en juego.
El resumen es reiterar la importancia de la fase compleja que atravesará España, que potenciará la necesidad de un seguimiento continuo y una constante –como siempre- disponibilidad por nuestra parte para que el valor añadido de la confianza y el trabajo en equipo logre optimizar decisiones en todo tipo de circunstancias. Nuestro sello, profesionalidad, ilusión y objetivo es ser “los médicos de cabecera de todas y cada una de las familias de nuestros clientes” en vuestros sectores de ahorro, inversión, financiación, seguros, inmobiliario y consulting integral.
Y mucho más. Incorpórate a nuestra familia. Te estamos esperando.
Yolanda y Joaquín Almasqué